Hacia la Tierra

Hacia la Tierra es una Escuela de Autoconocimiento, Amor y Sexualidad consiente. Es una escuela para ser guardiana/guardián el ser propio. 

Esta escuela nace, como lo es siempre, de una búsqueda personal. Es muy tangible y a su vez inagotable. Propone una manera de reconectarnos con la salud, el cuidado y el amor. Y que lo que hagamos por amor propio, repercuta en el entorno. Busca volver a algo que hemos olvidado, en tiempos donde todo nos distrae hacia el afuera, mirar nuevamente adentro.

Hacia la tierra propone talleres, círculos, retiros, acompañamiento 1:1, medicinas, formaciones que buscan, sencillamente, combinar nuestras intenciones de vivir cómo personas más sanas, conectadas y gozosas, con herramientas tangibles para implementarlo ahora. Porque es demasiado importante, porque el cambio es hoy, y comienza en vos. 

Hablaremos de Sexualidad, el origen de casi todo. Y de dónde se origina la sexualidad. ¿Acaso de dónde viene, si no es del comienzo, del universo, de Dios/a? Y también hablaremos de lo mucho, que la hemos distorsionado. Hablar de Sexualidad es hablar de intimidad, de gozo, de todo lo que debemos reconstruir ya que nosotras no lo aprendimos del universo, sino de los medios (entre otros). De las películas, de los lunfardos, de algo contado en secreto en un recreo del colegio. Hablar de sexualidad es hablar de penes y vaginas, pero aún mucho más de nuestro corazón y de nuestro cerebro, que… ¿Sabias qué es nuestro órgano erógeno principal?

Hablaremos de les niñes qué éramos y de les adultes en quienes nos queremos convertir. Es hablar del ciclo ovulatorio menstrual, de orgasmo, de eyaculación, de erecciones, de deseo, de huellas del erotismo… Es tener prácticas tangibles para vivir una Sexualidad más plena.  Es hablar. De cómo cambia la sexualidad a lo largo de la vida, de los ciclos en los que nos encontramos, de les hijes que parimos, y aquellos que perdimos.

Hablar de que, si queremos cuidar a la persona amada, no hay nada más lógico que comenzar con una misma. Porque nadie nos enseña. Casi todos los seres humanos hacen el amor, o al menos, tienen sexo. Nadie nos enseña en los colegios de qué se trata eso, de lo que todo el mundo habla y a su vez calla. Muy pocos terminan usando las matemáticas y eso ocupa cada currículum escolar. Casi todos los seres humanos comemos frutas y verduras, mas no nos enseñan a arar la tierra ni sembrar una semilla. En lugar de ello sé que en algún momento aprendí a saber cuál es tiempo verbal pluscuamperfecto. Y hoy, como adulta, me cuesta tanto meditar, tan solo quedarme quieta, o relajarme, o no hacer nada. Tampoco es que me acuerde de los ríos, mares o lagunas que aprendí en geografía.

Para el futuro de esta escuela “Hacia la Tierra” visualizo, rezo y actuó para ello: llegar a colegios, a lugares y espacios donde estos conocimientos y herramientas quizás no llegarían, por realidades socioeconómicas vulnerables o por desigualdad de derechos y oportunidades. Visualizo un emprendimiento cuya semilla y meta, camino y búsqueda, manera de actuar y ser, sea el amor.

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